El Monasterio de Santa María de las Dueñas, como es llamado vulgarmente, fue fundado en 1419 por Doña Juana Rodríguez de Monroy, esposa de Don Juan Sánchez Sevillano, Contador Mayor del Rey D. Juan II de Castilla, que hizo donación de su palacio y otras construcciones contiguas para convertirlos en un Convento de la Orden de Santo Domingo de Guzmán.

Aunque se ha creído que gobernaba la Diócesis salmantina Fr. Alonso de Cusanza, según fuentes fidedignas, el apellido no es correcto ya que la Bula fundacional no lo cita sino que sólo dice: Don Alfón, por la gracia de Dios…. etc. (Alfón es el mismo nombre de Alonso). Según los historiadores, el que se apellidó Cusanza nunca fue obispo de Salamanca. Lo cierto es que el Obispo de esta ciudad, Fr. Alonso, fraile de la Orden dominicana, es quien da permiso para la fundación, el 6 de noviembre del citado año 1419, dando licencia a Fr. Pedro de Santa María O. P. Vicario Provincial de la Provincia de Castilla, y a Doña Aldonza Manuel, Priora del Monasterio dominicano de Medina del Campo, para que tomen posesión de los edificios, a los que denomina por primera vez, Monasterio de Santa María de la Consolación, de las Dueñas.

Desde esa lejana fecha que pronto conmemorará el sexto centenario, nunca han faltado en este lugar monjas contemplativas que con su oración y vida retirada, llevan ante el Señor los problemas y los logros de todos los hermanos.

 

Otra noble Señora de Salamanca llamada Doña Ana de Paz legó su hacienda al Monasterio y junto con donaciones de diversos bienhechores, se pudo construir hacia el año 1530, el bellísimo claustro plateresco que es una de las mayores joyas de la ciudad y la iglesia de estilo gótico con bóvedas de crucería.

El exterior de la iglesia ostenta claramente las características del renacimiento aunque con tendencia bien marcada al plateresco. Por la finura y delicadeza de sus detalles, bien pudiera pertenecer a Juan de Álava.

 

 

EL CLAUSTRO

En el centro del edificio monástico, se halla el claustro plateresco, polígono irregular de cinco lados con dos galerías superpuestas que según se cree, debe su factura a los tallistas de Rodrigo Gil de Hontañón. El estado de conservación es óptimo y su singular belleza sorprende a los visitantes que a ciertas horas del día pueden acceder a él.

 

La planta inferior está formada por esbeltas columnas que sostienen arcos de medio punto rebajados. Los capiteles son más sobrios que los de la galería superior pero muy en consonancia con el estilo ágil y elegante del conjunto. En la parte exterior , se pueden apreciar intercalados entre los arcos, 23 bellos medallones de bustos humanos con una expresividad extraordinaria.

Las galerías de la parte superior, vistas en conjunto de una forma general, se transforman en delicado encaje por el que se filtra la luz. Desde el corredor que mira al poniente, se percibe la catedral irguiéndose majestuosa en el azul del claro cielo castellano. Estas galerías altas son arquitrabadas, de doble fila de columnas que las de la parte baja y con una exuberancia sin par en los capiteles. Las figuras presentan una gran variedad de motivos y son tan numerosas que unos capiteles se aproximan enormemente a los otros , dando la impresión de falsos arcos. Tanto en la parte interior como en la exterior, corre un friso profusamente engalanado con flores, medallones y escudos de la Orden Dominicana.

Reproducimos, como muestra, algunas de las figuras sin omitir los medallones que representan la Anunciación y que situados en el ángulo sureste, nos ofrecen los bustos de la Virgen y el Arcángel Gabriel mirándose como en un diálogo sublime. En el capitel más próximo se halla representado el demonio o ángel caído por la
aceptación de la Virgen, por el sí, que la convirtió en la Madre de Dios.

 

 

Demonio

En la sala que da acceso a la esta parte alta del claustro se halla un pequeño museo con piezas interesantes y hermosos cuadros de pinturas valiosas.

COMUNIDAD

Respecto a la comunidad que habita este Monasterio, hemos de decir que siempre ha sido numerosa. Incluso ahora, época de escasez vocacional, está formada por 31 hermanas, debido a dos fusiones, una realizada en el año 2003, con las monjas de Lejona (Bilbao) y la otra en el año 2013 con las de Santa Catalina de Valladolid.

El trabajo principal es el de la repostería.

La atención espiritual es óptima por estar el Monasterio enclavado enfrente del Convento de los Dominicos de San Esteban que siempre ha sido un faro de luz en la Iglesia.

En cuanto a hermanas fallecidas en olor de santidad, tenemos entre nosotras los restos de Sor Teresa Chikaba, que perteneció al convento de Santa María Magdalena vulgarmente llamado de la Penitencia, demolido por los franceses en 1810. Al tener que abandonar este convento, las monjas que lo habitaban vinieron al nuestro donde fueron acogidas con agrado y cariño, trayendo consigo, como veneradas reliquias, los restos mortales de Sor Teresa llamada cariñosamente la Negrita por ser africana y de raza negra. La vida de esta hermana es un tejido de heroísmo y santidad. Su Proceso Diocesano de Canonización fue clausurado el año 2003 y se halla en Roma a la espera de que la Iglesia reconozca esta santidad que el pueblo proclama.

 

 

Sor Teresa Chikaba

En la parte alta del claustro se encuentra una pequeña habitación con los recuerdos de esta singular hermana. Y su sepulcro en el muro que se halla a la entrada del coro, en la planta baja, ostenta esta inscripción:
Sor Teresa Chikaba, hija del Rey de la Mina Baja del Oro De Guinea 1676 -1748

(Lo de hija del Rey, según nuestro concepto occidental, equivale en África a Jefe de tribu) Sor Teresa fue capturada por los negreros y traída a España como esclava, cuando contaba unos 10 años.

 

 

 

 

 

 

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